tan solo respetar el derecho,
practicar con amor la misericordia y
caminar humildemente con tu Dios.
«No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mi, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 20 ss)