Nuestra Señora,
la Virgen de los Dolores
la Madre dolorida
al Rey de eterna vida que muere por mi amor;
y el vaticinio triste de Simeón, cumplido,
deja en su pecho herido la espada del dolor…
Mi culpa es tu tormento,
mi pecado tu herida,
oh Madre dolorida:
tú sufres y es por mi.
(Del Himno del Oficio de lectura)