Gracias por las personas que pones en mi camino para corregirme con amor,
en la comunidad, en la Iglesia, en la familia, en el matrimonio.
Ayúdanos a hacerlo con amor,
a pedir perdón y a perdonarnos mutuamente
cuando tengamos algo contra alguien,
es una verdadera liberación que nos permite saborear ya
la felicidad de la Vida Eterna y
la clave para el éxito de toda relación humana.